Decidí crear un virus bueno que nos aportara luz y color. Nació de unas calabazas que mi abuelo cultivó en su huerta (en los cuentos han sido siempre el origen de la magia, la materia prima). Funcionó, existe tal y como lo imaginé. Te contagiaste y no hay cura!
domingo, 11 de marzo de 2018
Yo hundo en tu luz mi corazón
Brota en el cielo mi azul buscado,
y en torno a él,
tu piel de nieve brilla,
y yo hundo en tu luz mi corazón.
Llegas como un gato, arañando mis planes
y te encuentro
y algo ocurre en mi sangre.
¿Qué murmullo de vida crece en mí?
Alta y desnuda,
distraída en tus labios,
mi alma flota en el silencio.
Se han llenado mis ojos de vaho, pero te he reconocido por el tacto de tu piel.
Quiero subirme a ti y cabalgar entre el color.
Quiero llevar mi corazón en la mano,
para arrojarlo en el camino
y que sea semilla
para el que será el tercero
de los delfines de este mar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Beautiful, as always. I love the art that accompanies this poem. The three dolphins are visible, but they also look like brushstrokes scraped out of the sea. A powerful image... thank you.
ResponderEliminar"En todas partes hay tesoros" Calvin y Hobbes
EliminarYo tengo uno en mi pecera custodiado por mis tres pececillos: Mantequilla, Mermelada y Tostarrico
Abrazos escondidos en el fondo del mar