martes, 19 de mayo de 2020

LA VACUNA o los últimos serán los primeros


“Están los verdaderos maestros, aquellos que saben enseñar, que saben aflorar la inteligencia y la personalidad de los chicos y chicas con las que interactúan, y saben luego reflexionar sobre su propio trabajo educativo, escribiendo sobre él y documentándolo. La experiencia didáctica es, de por sí, siempre única. Cada uno de nosotros tiene recuerdos, experiencias vividas, momentos de la propia vida escolar dignos de ser contados. Los maestros deberían adquirir el hábito de apuntarse el trabajo hecho en un cuaderno o diario, haciendo así fructificar la experiencia vivida, ya sea la propia o la de terceros. Lo de «hacer memoria de la experiencia didáctica» es un aspecto importante del oficio de enseñar” (lo dijo Zavalloni).


Y seguimos con la Z, con eso de que “los últimos serán los primeros”: Zafirakou, elegida como la mejor profesora del mundo hace dos años, reivindicó la importancia de impartir arte en las aulas: “El arte es una asignatura que suele ser de las primeras en eliminarse cuando hay problemas de presupuesto. Eso no es bueno. Necesitamos apoyo. He visto como el arte ayuda a que los alumnos se comuniquen”, aseguró.


Mirad, no me voy a enrollar, para comunicar lo que necesito no se necesita alargarlo. Mi Trabajo Fin de Máster para ser profesor de Secundaria se tituló “EDUCACIÓN PLÁSTICA, VISUAL Y AUDIOVISUAL A TRAVÉS DE UN ARTE INMERSIVO CON HILO CONDUCTOR”. Tras una experiencia muy positiva de cuatro años en mi propio museo experimentándolo, destaqué la validez, la pertinencia y la importancia de plantear espacios relacionados con el arte (que se pueden visitar o también se pueden generar en la clase) en el que sumergirse, con un hilo conductor y que se materializa con obras artísticas. Dentro de ese espacio, en ese contexto, planteé unas unidades didácticas para generar una experiencia personal en el alumno que desarrollara su autoexpresión, todo ello con el objetivo de trasladar todo aquello a cualquier centro para la enseñanza de la Educación Plástica sin caer en que el aprendizaje tuviera que ser tedioso. En este sentido, las actividades con arte inmersivo e hilo conductor permitían viajar con la imaginación, extraer lecturas, todo ello a través de las obras, a través de composiciones de calidad artística que actúan como referente para el alumno. Este último curso he tenido libertad plena con el director de mi actual centro para poner a prueba todo aquello y he de decir que HA SALIDO FENOMENAL. He dado todo el currículo, y además he hecho todo esto que planteaba.

 

 Tuve la mala suerte de que los miembros del tribunal de aquel 10 de Julio en que expuse ese Trabajo Fin de Máster eran los primerísimos de la lista, un señor llamado A.A.A y una señora que se apellidaba C.C. Ésta última me llegó a preguntar que qué tenía que ver todo aquello con la expresión gráfica, así de bestia fue su pregunta. No entendía nada aquella mujer si la sacaban de su ABC de disciplina, y mi juego le parecía, dicho con la Z, una ZOZOBRA.



 Recuerdo que a la exposición de aquel TFM llevé este anuncio:

HAZ CLICK AQUÍ PARA VERLO 

Y me miraba perplejo el tribunal. “¿Dónde están las aplicaciones de móvil en las que se ven las piezas en tres dimensiones? ¿Por qué no haces un TFM como el resto de tus compañeros?”, sé que decían por dentro. “¿A qué viene traer un anuncio de coches? ¿Qué juego es éste de traer el arte a la realidad y qué tiene que ver esto con la expresión gráfica?”.

Lo llevé porque de verdad que creo que el Arte, la Plástica y el Dibujo Técnico se tienen que hacer un juego.  Y lo he conseguido. ¡Cómo hemos jugado este año, con virus buenos y virus malos, y qué buen resultado ha dado todo ese juego! Y sí, sí que ha tenido relación con la Expresión Gráfica, ha servido de motivación y ha hecho que mis alumn@s hayan aprendido jugando.

No he querido volver a saber nada de la Politécnica y de esos profesores del Pleistoceno. Ya lo decía Rumi, “cuando tu amor no es aceptado, sigue tu camino. Cuando el amor no es apreciado, aléjate”. Y el tiempo me ha enseñado lo que el amor verdadero es y la capacidad que tiene de educar.

Hoy os enseño la vacuna para curar la educación. Es un pequeño fragmento del código genético de la Calabacitis, y entra en cada paciente a través de la imaginación y el juego.

Y para terminar, muestro abiertamente mi deseo de que se vayan ya esos profesores y que vengan nuevos, gente que crea en la motivación, que dejen paso a los que venimos los últimos, pero venimos con ganas. Profesores que más que pedir al alumno que consiga metas dolorosas , le pedimos que sea capaz de asumir retos, que no forzamos, sino ilusionamos; que no buscamos alcanzar grandes destrezas, sino recorrer paso a paso ese camino que hace del lenguaje gráfico-plástico el mejor instrumento de comunicación. 

Os dejo también un pequeño vídeo para que juguéis en clase como juegan los museos este año, que afortunadamente es de una forma que a los dinosaurios no les parecerá que tenga ninguna relación con la expresión gráfica. Yo ya jugaba así en mi museo hace muchos años, pero a este tribunal no le interesó.


HAZ CLICK AQUÍ PARA VER EL VÍDEO


No hay comentarios:

Publicar un comentario