Hoy es Viernes 13 y a mí hay cosas que me dan miedo. Os voy a presentar un corto que por supuesto que no he hecho yo, ¡ya me gustaría a mí! Al final entenderéis qué me da miedo. Os animo a, antes de leer el resto de mi post, buscarlo en youtube.¡Venga, que seguro que a vosotros no os da miedo! De veras, es un cortometraje genial. Se llama "In a Heartbeat".
“In a Heartbeat” (“En un latido”), en solo cuatro minutos, promueve la tolerancia y el respeto
trasmitiendo un mensaje de amor y aceptación para los niños que sienten que no
encajan en el patrón sexual que la sociedad les impone. Muestra qué es lo que
llevan por dentro al vivir con temor a sus sentimientos y a que todos los demás
sepan que no encajan en ese patrón. Explica desde una mirada sensible y natural
la sexualidad de dos niños. Normaliza su homosexualidad, mostrando que los
sentimientos son los mismos y el amor que puede sentir un niño por otro es exactamente
el mismo que el que sentiría un niño por una niña o viceversa. Hace ver al mundo
(sin imponer nada, sólo mostrándoles algo que ocurre) que todos tenemos el
derecho de sentir amor puro y de elegir a la persona con la que queremos estar
(independientemente de edades o géneros). Muestra que quizás ese amor pueda ser
correspondido, y cómo quizás no debemos tener miedo de seguir nuestras elecciones
sexuales, ni siquiera en edades tempranas. El mensaje transgrede los prejuicios
sobre la comunidad LGBTI y la hipersexualización que a menudo se le ha dado a
este colectivo.
Sin diálogos y sin una historia compleja, se muestra la relación entre dos
chicos, que se convierte en un poderoso recurso para desmontar prejuicios y demostrar
que no existe una sola manera de vivir el primer amor, que los flechazos de
instituto no son solo heteros.
Un chico observa a escondidas al amor de sus sueños cuando, de repente, literalmente,
se le sale el corazón para perseguirlo dentro de las instalaciones de su
escuela, sin que pueda controlarlo. El chico enamorado lucha para tratar de
contener a un sonriente e intrépido corazón, sintiendo el peligro de que el
otro se percate de sus sentimientos y de que el resto de la sociedad pueda
atisbar ese amor. El mensaje no se impone, pero es claro por mera reflexión
interna: no hay nada malo con esos sentimientos, no hay razones para ocultarlos.
Los nervios, temores e inseguridades del primer amor son iguales a los del
primer amor entre personas de distinto sexo aparte de ese deseo del personaje
principal de que pase desapercibido.
El corto va más allá de lo que estamos acostumbrados a ver porque aborda el
tema sin enmascarar nada. La escena con los compañeros dentro del colegio logra
representar con profundidad la crudeza y los prejuicios de una sociedad que en
situaciones así opta a menudo por discriminar y criminalizar (como si hubiese
algo malo detrás). Pocas veces, y mucho menos en un cortometraje destinado
también al público infantil, se ha visto un tratamiento al tema tan profundo,
coherente y respetuoso. Es un cortometraje que todos los niños deberían ver,
para que puedan comprender la lucha del protagonista por expresar lo que siente
y no repetir esa criminalización llegado el momento, si se les presenta la
situación de presenciar algo parecido. El visionado por un niño o niña que se
encuentre en una situación parecida a la del personaje principal le ayudará a
no sentirse tal “bicho raro”, a que pueda desarrollarse como persona sin
ninguna “olla a presión que pueda explotar en su cabeza”. Si este corto se
dirige únicamente a los adultos, pierde gran parte de su fuerza y capacidad
transformadora. Y es que el tema de la homosexualidad debería normalizarse; el
día que las personas no hagan de él un escándalo, todos ganaremos, incluso los
que todavía no se han puesto a pensar que criminalizar a alguien por sus
elecciones sexuales quizás sólo lleve a que el efecto Pigmalión se cumpla, lo
cual es muy peligroso también para ellos. Explicar desde una mirada sensible y natural
la sexualidad de dos niños, promoviendo la tolerancia y el respeto, es el
primer paso para que todo esto cambie.
Por supuesto, como era de esperar, a pesar de ser un cortometraje que sólo
muestra una realidad presente y de la forma más luminosa y natural posible, no ha escapado a las controversias, generando
un debate entre algunos sectores muy determinados que hasta lo llegan a acusan
de difundir la homosexualidad entre los menores y manifiestan su oposición a
que sea mostrado en un aula. En esos
sectores se tiene la opinión de que se les estaría imponiendo una ideología
homosexual a los niños que lo visionaran, ya que su opinión sobre el respeto a
la diversidad y enseñar a los niños a no
discriminar va por otro lado. Este corto en las aulas seguramente lo
considerarían una imposición inaceptable. ¿Por qué les preocupa mostrar una
realidad sobre la orientación sexual? ¿Acaso hay algo inherentemente malo en
ser gay/lesbiana/ bisexual o trans? Los cuatro minutos de cortometraje para
algunos son tremendamente peligrosos, ya que posiblemente desmontan sus
argumentos sin decir ni una sola palabra ni imponer nada al espectador.
Desmonta argumentos de esos sectores contra la teoría de género, los que apelan
a la experiencia cotidiana (por ejemplo a ver como los niños y las niñas
pequeñas presentan diferencias naturales y se manifiestan y actúan de modo distinto).
En estos cuatro minutos sin palabras se ve una realidad universal, que es que
no todos los niños son iguales, y eso resulta inaceptable para unos cuantos.
¿Por qué esos sectores ven el corto como una herramienta para difundir la
homosexualidad? ¿Quizás porque hay un final en el que el amor es correspondido?
Se ha mostrado lo difícil que ese niño tiene en su interior aceptar algo que
está sintiendo, sin caer tampoco en nadie diciéndole que eso que siente está
bien o mal. ¿Cambiar el final en el que el amor es correspondido haría que esos
sectores no opinaran lo mismo? ¿o es que para proteger de lo que ellos llaman
la difusión de la homosexualidad se debe nunca poder hacer reflexionar a
alguien sobre lo que está ocurriendo dentro de un ser que está inspirado en lo
que los propios autores del corto han sentido, como tanta gente en el mundo? Y
es que el cortometraje, por mucho que esos sectores se empeñen en intentar
censurarlo, analiza el tema de una forma blanca, casi como si fuera un
documental, sin caer en recursos que podrían dar rienda suelta a que esos sectores
pudieran decir lo que dicen con fundamento. El tema está tan bien tratado que
resulta increíble que alguien pueda llegar a estar en desacuerdo de que se
pueda mostrar en un aula.
This is definitely an important issue to raise in schools, and we shouldn't underestimate the power of audiovisual messages for younger children. The film is beautiful in its simplicity and truth, and I absolutely adored that heart's expressions. It made me pause to think about the sheer variety of feelings (and confusion) within that boy's mind: the heart was expressing perfectly what it is to be infatuated, while the boy's face and body reflected all the fears of being out--in this case, in more than one sense.
ResponderEliminarI'll probably comment later, or another day, on this idea of "the gay peril" or "the gay agenda". I just can't with those arguments...
Thank you for sharing this.
Happiness can only come from inside you, from an inner peace you have to find yourself. Thank you for having such a free spirit!
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